- mganaturopatia
Volver al principio. [Un canto primaveral]
Actualizado: 19 jun
Bienvenid@s a la sección de reflexiones, un lugar de pequeños encuentros que me gusta compartir para que puedan ser encontrados por muchas personas más.

Ilustración: "Dream", Rafael López
Quiero volver siempre al principio: ser siempre principiante.
Quiero no recordar de ayer cómo se riegan las plantas, cómo crece la semilla o cómo florece la flor. Porque así hoy puedo maravillarme de nuevo y de nuevas por el milagro de la vida, el riego dulce y la caricia del sol.
Quiero olvidar para mañana cómo se toca cada nota de un instrumento. Porque quiero hoy descubrir cada uno de sus rincones de nuevo y de nuevas, volver a oír por primera vez una melodía y una nota desafinada, para que mi oído vuelva a encontrar el camino, a bailar con los fallos y los desencuentros, a ser feliz solo por estar ahí en medio de todos ellos.
Voy a olvidar cada noche cómo amanece mi dormitorio con calma y rayos de luz discretos, cómo envuelve el calor y el reposo cada rincón de la almohada. Y así cada mañana vuelvo a encontrarme maravillada con el resplandor de lo sencillo, impresionada por la delicadeza de despertar y la fuerza de amanecer rendida a la Vida.
Quiero olvidar la magia de cepillar mi Alma cada mañana al sentarme a meditar, olvidar cómo volver siempre a la atención y a la aceptación, a no luchar contra el flujo de pensamientos, sino transformarlo en plataformas de crecimiento a cada instante. Así, vuelvo a sentir hoy la llamada a la quietud profunda para desenredar mis rizos profundos.
Voy a olvidar el sabor del té y del desayuno en familia, porque así hoy será el mayor regalo: un instante santo de abrazo desayunado.
Voy a olvidar para mañana la fuerza del sol que entra por la terraza y el cielo radiante y el ruido de la ciudad. Porque así hoy puedo verlo con ojos nuevos y abrazo limpio, con agradecimiento y con inocencia.
Quiero olvidar cada enseñanza del dolor de ayer, para hoy poder encontrarme conmigo misma y con un crecimiento nuevo y una vida nueva cada día; para poder hallar a cada rato la verdad que se esconde detrás del dolor, siempre caminando hacia la fuente de Vida.
Voy a olvidar de ayer tu nombre y tu presencia y tu espacio, y el mío y el de todo ser viviente. Para así hoy volver a mirarme, mirarte, sentirme y sentirte y dar espacio de crecimiento a los seres nuevos que tengo ante mis ojos y ante mi alma, a esos nuevos maestros que elijo en silencio y casi sin saberlo, para crecer en sabiduría y respeto, en encuentro, habitando cada segundo del espacio de Vida que somos. Si somos nuevos a cada instante, si cada paso nos transforma y nos hace crecer: ¿cómo no mirarme y mirarte de nuevo y de nuevas cada día? Voy a olvidar de ayer quien creí ser y descubrirme hoy de nuevo y de nuevas.
Voy a olvidar los compromisos de ayer para poder re-elegirlos, re-dirigirlos, comprobando de nuevo y de nuevas que hoy solo se quedan los que nacen de la Verdad del Alma y de la coherencia del Corazón.
Quiero olvidarme del cosquilleo de la energía fluyendo por mi cuerpo que sentí ayer al moverme suave y serena, bailando al compás de la brisa, con pies descalzos sobre la tierra firme que nos sustenta. Así hoy los pies volverán a despertar descalzos y naturalmente volverán a conectarse solos y a enseñarme que son puertas hacia un cosquilleo profundo y alegre que nos abraza y nos mantiene vivos.
Voy a olvidar el aroma de la noche, el mapa del cielo estrellado, para caminar hoy una y mil veces por ellos como nuevos territorios nunca antes transitados donde la mirada se constela de firmamento infinito.
¿Y por qué no olvidar de ayer el vuelo del pájaro, el ulular del búho y el croar de las ranas? Y la melodía que hace el agua del río al atravesar la tierra y el canto de las hojas movidas por la brisa. Y el murmullo de las nubes que arrastra el viento y las caricias del sol en la piel. Y el sabor de los alimentos que salen de la tierra y la capacidad purificadora de cada beso dado de puro corazón.
Así, hoy las escucho, las siento, las vivo y las soy de nuevo y de nuevas, y me vuelven a penetrar hasta lo más profundo llenándome de Vida y Silencio, de milagro, de fuerza, de calma, de principio… de Hoy.
Y no hay por qué olvidar nada, ni volver a ningún sitio: puede uno vivir al principio siendo y permitiéndose ser principiante en cada cosa que haga cada día. Porque hay que llevar siempre el corazón, el Alma y la mente a saberse, sentirse y ser principiante de Vida.

Ilustración: "Flying Colors" (extracto), Lee White Illustration
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“En la mente del principiante hay muchas posibilidades;
en la mente del experto hay pocas.”
Maestro Zen Shunryu Suzuki
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"El célebre y contradictorio personaje sufí Mulla Nasrudín visitó la India. Llegó a Calcuta y empezó a caminar por una de sus abigarradas calles. De repente vio a un hombre que estaba en cuclillas vendiendo lo que Nasrudín creyó que eran dulces, cuando en realidad se trataba de chiles picantes. Nasrudín era muy goloso y compró una gran cantidad de los supuestos dulces, dispuesto a darse un gran atracón. Estaba muy contento, se sentó un parque y comenzó a comer chiles a dos carrillos. Nada más morder el primero de los chiles sintió fuego en el paladar. Eran tan picantes aquellos "dulces" que se le puso roja la punta de la nariz y comenzó a soltar lágrimas hasta los pies. No obstante, Nasrudín continuaba llevándose sin parar los chiles a la boca. Estornudaba, lloraba, hacía muecas de malestar, pero seguí devorando los chiles. Asombrado, un paseante se aproximó a él y le dijo:
- Amigo, ¿no sabe que los chiles sólo se comen en pequeñas cantidades?
Casi sin poder hablar, Nasrudín comentó:
- Buen hombre, créeme, yo pensaba que estaba comprando dulces.
Pero Nasrudín seguía comiendo chiles. El paseante dijo:
- Bueno, está bien, pero ahora ya sabes que no son dulces. ¿Por qué sigues comiéndolos?
Entre toses y sollozos, Nasrudín dijo:
- Ya que he invertido en ellos mi dinero, no los voy a tirar.
El Maestro dice: No seas como Nasrudín. Toma lo mejor para tu evolución interior y arroja lo innecesario o pernicioso, aunque hayas invertido años en ello."
Cuento: "Nasrudín visita la India"
101 Cuentos Clásicos de la India: La tradición de un legado espiritual.
Recopilación de Ramiro Calle (Editorial EDAF, 1995).
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Humildad · Desapego · Dirección
Nos deseo vida de principiantes, haces de luz en cada cosa que hagamos, volver siempre al principio, caminar cada sendero sin miedo y sin ocultarnos en la oscuridad, sentir la primavera de nuevo y de nuevas en cada pequeño gesto que nos rodee.
Vivir, en fin, siendo un principio constante de Luz primaveral.

Ilustración: "Spring", Rebecca Green
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"La oscuridad es falta de luz."
UCDM Capítulo 1, IV-3.1.